Hay momentos en la vida que nadie quisiera pasar como los son los momentos de las despedidas Lastimosamente este año nos despedimos del colegio La Salle muchos le dan gracias a Dios pero hay un sentimiento que se vera totalmente afectado 'La amistad' desde el día que nos graduemos ya nada será igual porque muchos toman caminos alejados de aquí Muchas personas nos dicen que estos son los mejores momentos de nuestras vidas e inigualablemente lo son muchos de ustedes los hemos querido tanto que les hemos tomado aprecio como de familia.
Cada uno de nuestros amigos y amigas se les toma un cariño especial un cariño que ni una madre ni un hermano puede llenar, gracias al apoyo mutuo y la sinceridad. De este año esperamos muchas cosas pero sobre todo esperamos que este laso de amistad no se debilite sino que se fortalezca
De ustedes se comprenden los recuerdos de nuestras vidas los recuerdos que nunca se olvidan porque quedan marcados en nuestras mentes
Este es nuestro año chavos disfrútemelo a lo grande y todos aquellos que comenten de nosotros y de nuestra generación pobre de ellos porque generación como la nuestra no se igualara con ninguna otra porque somos los mejores no solo en cosas malas como dicen algunos somos una generación diferentes a las demás porque vivimos plenamente lo que se llama la amistad
PORTENSE BIEN Y NO HAGAN COSAS MALAS QUE PARESCAN BUENAS
LOS QUEREMOS MUCHO CHAVOS…….


Las personas adoptan actitudes muy diferentes en relación a las despedidas. Algunos tratan de evitarlas, otros las prolongan agónicamente, en ciertos casos la situación de despedida reverdece lo mejor de la experiencia compartida y en otros casos, en el adiós sale a flote lo peor de la naturaleza humana.
En el con­texto labo­ral, des­pido es una pala­bra fea. Pero en el gran con­texto de la vida es lo que da sen­tido a todo. Las des­pe­di­das pue­den ser tan her­mo­sas como los fina­les de las pelí­cu­las… los per­so­na­jes des­a­pa­re­cen en el hori­zonte, y ten­drán otras his­to­rias, pero ésta ha ter­mi­nado. Si hay belleza está en alguna clase de final, de cul­mi­na­ción, de punto de infle­xión. Esto nos lleva a que sí, la muerte es nece­sa­ria. No hay valor en las cosas eternas.